Por: Nancy Ariza Díaz
No es que no tengamos sentimientos, ni que seamos indolentes ante la tragedia ajena, y es que más que extranjeros son hermanos, de esos que poco se ven pero a la hora de la verdad duelen; hay cosas que trascienden más allá del deseo de querer ayudar, ese deseo perenne que nos nubla al pensar que con una moneda cambiaremos la dolorosa realidad...